martes, 2 de junio de 2009

Los enanos de los call centers

Y donde están los enanos? Será que trabajan en los call centers como diría mi amigo Pablo? Porque nunca los veo por ahí. Como tantas otras personas que no se encuadran dentro del concepto de “normalidad”, se tiende a encasillar a los enanos en el estereotipo del circo o de personaje de Tolkien (es increíble la cantidad de links de hadas y mundos fantásticos que aparecen cuando uno está buscando información sobre enanos) Pero más allá del estereotipo, me pregunto qué hacen los enanos en su cotidianidad, si generan credibilidad en otras profesiones distintas a las circenses, si evaden con éxito el lugar común de la ternura o del fenómeno, y lo más curioso, como se desenvuelven en un mundo que puede ser amenazante incluso para alguien de 1.70 metros de estatura. Eso sí, los enanos no se tratan, ni se dejan tratar jurídicamente como sujetos de especial protección porque ellos no son minusválidos, lo cual en el fondo es cierto.
Pero primero definamos que se entiende por enano, ser enano es medir menos de 1.27 metros. Aunque sin ir más lejos, existen ciertas razas en el mundo que no alcanzan las alturas nórdicas y que se escapan de la clasificación de enano por poquito. Es decir que en esto de la altura, el enanismo también puede ser subjetivo, como los pigmeos que son clasificados como una raza y no como enanos, aunque el más alto debe medir 1.40 metros.
También hay que aclarar que hay diferentes tipos de enanismo, el cual se origina ya sea por transferencia genética (acrondoplastia), mal nutrición o desordenes en la glándula de la tiroides, esto hace que las características de los enanos varíen considerablemente según el origen de la condición. Así que la enana que aparece muy seria detrás del perro dormido en las Meninas y el famoso Don Sebastián de Mora que Velázquez inmortalizo eran enanos acrondoplasicos, me imagino que el enano del cuento de Oscar Wilde al que la princesita malvada le rompe el corazón (literalmente) también era acrondoplasico.
Hay que señalar que el mundo fantástico tampoco es tan irreal, ya que parece que los llamados hobbits no fueron creaciones de una imaginación vivida sino una realidad paleontológicamente demostrable. Los arqueólogos han descubierto en la isla indonesia de Flores restos humanos de reducidas dimensiones (Homo Floresiensis) que al parecer compartieron época con los Homo Sapiens. Y lo curioso no para ahí, porque esta isla de Flores es como una versión de la del doctor Moreau pero del pleistoceno, con dragones de Komodo gigantes y elefantes enanos, ya que estamos en el tema.
La historia ha probado que fuera de los circos y las Cortes medievales, ha habido enanos muy destacados como pintores, mecánicos, relojeros y políticos.
También en nuestra cotidianidad encontramos al enano que ejerce profesiones liberales. Sin ir más lejos, en la Corte Constitucional Colombiana un enano abogado presento una acción de tutela contra el mobiliario de la Corte, es decir que la baranda de la Secretaria medía 1.50 metros y el enano no pasaba del metro 30 por lo que se le imposibilitaba revisar el expediente de su cliente. Todavía no tengo claro que derecho constitucional se le violaba (el debido proceso?) pero lo que sí me parece interesante es que el enano abogado puso a pensar a los magistrados sobre los derechos constitucionales, la estatura mínima y las barandas de la Corte.
También me cuentan de enanos médicos, profesores, y gimnastas, creo que no vemos mucho enano porque solo 1 de cada 10.000 niños que nacen tienen esa condición pero lo que si queda claro es que el mito del enano de circo se desdibuja y aparece la faceta del enano profesional que interactúa en una sociedad diseñada desde otra óptica.
Para terminar esta digresión lo que sino me queda claro es el origen de la frase “gozando como un enano”, que con ese mal humor que cargan algunos no me parece un apelativo muy apropiado. Dejo la tarea por si alguien me la puede contestar.